Dragones y magos
por Eulàlia IglesiasLos 'Cuentos de Terramar' de Ursula K. Le Guin son una de esas sagas de fantasía medieval sobrecargadas de dragones y mazmorras, pesados simbolismos y metáforas sobre la lucha entre el bien y el mal, la luz y la oscuridad, la magia blanca y la negra, lo femenino y lo masculino... Hayao Miyazaki siempre mostró su interés en adaptar estos libros, aunque finalmente fue su hijo Goro quien llevo a cabo la empresa.
Como cualquier otra producción de Ghibli, 'Cuentos de Terramar' puede presumir de una animación extraordinaria, que luce especialmente en la reconstrucción del reino de Terramar, sincretismo de arquitecturas de épocas y civilizaciones diferentes, y en el dibujo del malvado hechicero que reta a la muerte. Sin embargo, no consigue transmitir esa magia que caracteriza la mayoría de películas de Ghibli, de 'Mi amigo Totoro' a 'El castillo ambulante'. Avanza plúmbea y pesadamente, presa de la misma rigidez que muestra el mago blanco protagonista.
A favor: La maestría técnica propia del estudio.
En contra: No consigue liberarse de la pesadez propia del género.