Duérmete, niño
por Covadonga G. LaheraSi Boo se colaba inconscientemente en Monsters Inc., aquella fábrica donde se generaba el miedo para asustar a los niños del mundo, seis años después el tándem formado por Adrià García y Víctor Maldonado (directores artísticos de El Cid: la leyenda) sugerían una nueva fábula infantil que convertía en materia animada y quid de Nocturna el miedo a la oscuridad de Tim, un niño huérfano. Cada noche, en el dormitorio que comparte con otros niños, este combate su fobia a la noche contemplando las estrellas. Y entonces, el fantástico cobra vida cuando Tim detecta que su estrella favorita se apaga y él tendrá que ir en busca de el señor Moca para evitar esta reacción en cadena y que la bóveda celeste se apague.
El arranque del filme parece una delicada y ágil pieza muda que remite en la guerra de almohadas y disidencia de Tim al Vigo de Cero en conducta. Está llena de simpáticos personajes que van arropando la evolución del chaval en su lucha individual contra el temor a la falta de luz. Así están los gatos responsables del sueño de los niños (y la sensorial asociación entre los maullidos felinos y el llanto de los bebés), el pastor de gatos, Moca, Topermori...
A favor: Su ingenio, su despliegue imaginativo en el mundo de Nocturna y la traslación animada de un estimulante planteamiento narrativo.
En contra: El doblaje español.