Tres son muchas ya...
por Israel ParedesHay pocos cineastas en la actualidad con la capacidad de Steven Soderbergh. El cineasta norteamericano ha ido construyendo una carrera irregular, casi autoconscientemente de ello, repleta de títulos no solo de desigual calidad e interés sino también de diferentes géneros y formatos. Todo le viene bien a Soderbergh y a todo se adapta. Es, en cierto modo, el típico artesano pero que bajo tanto encargo consigue manifestar una cierta personalidad (en muchos casos bastante), guste esta más o menos. De ahí que productos como 'Ocean's 13', tercera parte de la saga, se puede ver o consumir con tanto gusto aunque, en el fondo, no nos aporte nada como espectadores, a no ser, y no es poco, unas dos horas de entretenimiento puro y duro sin más miramientos. Aunque inferior a las dos anteriores, sobre todo a la primera, 'Ocean's 13' es una película de amigos, o de colegas, que aumenta el plantel con la presencia de Ellen Barkin y Al Pacino (que denotan lo lejos que quedó ya 'Melodía de seducción', en la que ambos, cada uno de una manera, desplegaba sus encantos en una película injustamente olvidada) y con una nueva trama de robos y asaltos imposibles, en este ocasión, quizá, llevado al extremo de lo posible. Sin embargo, y como sucedía en las dos anteriores entregas, queda una película que es pura narración, una historia que avanza, que no se detiene, en la que los personajes hablan sin decir nada más que aquello que es necesario, en la que no hay cuestionamientos ni planteamientos ni una mirada que va más allá de lo que vemos en pantalla. Imagen pura. Para lo bueno y para lo malo.
A favor: La desinhibición total de una película entretenida.
En contra: Que es la tercera y la fórmula ya no interesa tanto.