Para conseguir el máximo realismo posible, Elizabeth Hartman usaba unas gafas de cristales opacos para no ver nada.
Shelley Winters estaba incómoda su papel como racista, ya que era una persona activa en el Movimiento por los Derechos Humanos. Cuando ganó el Oscar, decidió dar un discurso explicando esto.
Las escenas en las que Elizabeth Hartman y Sidney Poitier se besaban fueron eliminadas en los montajes de los cines del sur de EEUU. Esto es debido a que en esa época existía una le en contra de lo que llamaban "mestizaje".
Guy Green decidió rodar la película en blanco y negro a pesar de que el color ya estaba disponible en esos años.