Texas, principios del siglo XX. Una historia sobre la familia, la avaricia y la religión. Daniel Plainview (Daniel Day-Lewis) se traslada a una miserable ciudad con el propósito de hacer fortuna, pero, a medida que se va enriqueciendo, sus principios y valores desaparecen y acaba dominado por la ambición. Tras encontrar un rico yacimiento de petróleo en 1902, se convierte en un acaudalado magnate. Cuando, años después, intenta apoderarse de un nuevo yacimiento, tiene que enfrentarse al predicador Eli Sunday (Paul Dano). Adaptación de la novela de Upton Sinclair "Petróleo", escrita en 1927.
Paul Thomas Anderson quiere representar lo que otros directores como Scorsese ya mencionan; Estados Unidos se contruyó a base de sangre y dinero, el sueño americano nunca existió, la tierra prometida, la de las oportunidades, la de la felicidad, la prosperidad y de la libertad, pura fachada ante lo que es una tierra llena de oportunismo y egocentrismo.
Un edificio sólido se empieza por un cimiento estable, pero los cimientos de esta tierra llevan podridos desde el principio.
P. T. Anderson acuña un estilo más clásico y pausado para contar la visión árida del nacimiento de la prosperidad, el nacimiento de un negocio lucrativo y donde el capitalismo ya empieza a dejar atisbos de egocentrismo. Daniel Day-Lewis es una metáfora de todo lo que Estados Unidos representa, una apisonadora que pasará por encima de todo lo que haga falta, sin preocuparse de los daños y sin hacerse cargo de ellos. La evolución y el dinero corrompe, al inicio era movido por la auto-superación, un esfuerzo vitalista, pero poco a poco se va corrompiendo, el odio se apodera de él, su físico se ve mermado, el amor por su hijo se va desvaneciendo, y su ambición enfermiza crece y crece, nociva y que por mucho que crea que vaya a encontrar la felicidad dentro de bolsas llenas de dinero, pero el dinero podrá llenar el vacío en una bolsa pero no en su persona.
Pero no solo critica el despotismo del capitalismo acaparador y quien no entiende de piedad si puede llenarse los bolsillos. Es bastante crítico también con la religión en su más extrema forma. Señala el fanatismo religioso como algo que destruye cerebros y capaz de convertir la fé en un espectáculo de circo, y su propósito, mantener a las masas idiotizadas, controladas y calladas. La religión no es más que un blanqueo de imagen para el capitalismo, una máscara que es arrojada cuando ya no es necesaria.
Una película que se toma su tiempo, una narrativa tremenda con un guión muy bueno. Los planos desde el primer momento ya son un espectáculo, visualmente es muy potente y con una belleza enorme. Y si es tan buena es porque no necesitas cosas excesivas ni aspavientos para contar una historia IMPRESIONANTE.
Y toca hablar del casting, Paul Dano está maravilloso, pero Daniel Day-Lewis... es impresionante, hay quien dice que se pasa de histrionico a veces, pero no deja de ser una de las mejores actuaciones del siglo.
Es un derroche de ideas, de imaginación y de talento. Paul Thomas Anderson y Daniel Day-Lewis señoras y señores. Obligatorio verla.