Crítica de SensaCine.com para La Duquesa de Langeais: Rituales de cortejo y rechazo

Una de las últimas interpretaciones del malogrado Guillaume Depardieu fue en esta adaptación de Honoré de Balzac firmada por Jacques Rivette donde encarna a Montriveau, un militar del ejército napoleónico quien, tras vivir una serie de aventuras africanas, vuelve a Francia para enamorarse de la duquesa del título, encarnada por Jeanne Balibar.

Rivette, uno de los padres de la Nouvelle Vague francesa, concibe la sociedad de la época de la Restauración como un teatro de las apariencias. Montriveau y la duquesa se enzarzan en una serie de rituales de cortejo y rechazo que tienen como escenario sus respectivas casas y algún salón de la alta sociedad. En la primera parte del film, es él quien visita de forma incansable a su enamorada. En la segunda, ella intenta recuperarle. La pasión que va surgiendo entre ambos no explota en ningún momento, por lo que 'La duquesa de Langeais' se convierte también en una historia de amor frustrada, donde la determinación de los personajes no se ve jamás compensada. Ni tan siquiera cuando él finalmente la reencuentra en un convento mallorquín...

A favor: Ese esbozo de sociedad secreta a la que pertenece el protagonista, tan típica del cine de Rivette.

En contra: La decepción que puede causar en quien busque la típica historia de amor cortesana.