El Cosmos nació como un equipo muy variopinto, propiciado por capricho por uno de los hombres más poderosos de toda la historia de la industria de ocio. Steve Ross, el fundador de Warner Communications, nunca había visto un partido de fútbol antes de ayudar a financiar una franquicia. A los cinco años, Ross ya había convencido al mejor futbolista de toda la historia del deporte de que abandonara su queridísimo Brasil por el incipiente Cosmos (para así convertirse en un misionero del Fútbol en Norteamérica). A las órdenes de Ross y Warner Communications, Pele se convirtió en el atleta profesional más rico del planeta y el Cosmos, en el más célebre club de superestrellas jamás reunido. Durante el verano del '77, con un asesino en serie que andaba suelto y Manhattan cayendo en la anarquía y el caos, los del Cosmos llegaron a ser los más aclamados del Studio 54 y los niños mimados de millones de estadounidenses; ganando campeonatos, haciendo giras por todo el mundo y desatando una revolución futbolística en la tierra del Béisbol, del Baloncesto y del todopoderoso Fútbol Americano.