El misterioso Nikolai es el chófer de una poderosa familia de la mafia rusa en Londres, un clan liderado por el veterano y frío Semyon y por su hijo Kirill, un tipo inestable muy cercano a Nikolai. Un día en el restaurante de Semyon se presenta Anna, una comadrona de hospital muy afectada por la muerte en el parto de una adolescente rusa. Anna ha decidido buscar a la familia de la chica sirviéndose del diario que ésta dejó escrito en ruso.
Un film que suma neo noir, drama, crimen, misterio, thriller, mafia... Un relato oscuro y complejo sobre una organización criminal rusa establecida en Londres; tráfico de armas, crimen organizado, asesinatos, drogas, armas, tráfico de personas, prostitución... Un reflejo cruel y desolador sobre el submundo criminal de Londres y de Europa del Este, con una concepción trágica sobre la injusticia.
La acción dramática tiene lugar a varios días de Navidad, Anna (Naomi Watts) atiende en el hospital a una inmigarnte rusa de 14 años embarazada que tras perder mucha sangre fallece, pero su bebé es salvado. Anna trata de buscar a los familiares de Tatiana (la chica de 14 años), donde entra en contacto con Semyon (Mueller Stahl) y Nikolai (Mortensen), miembros de la mafia.
Unos personajes oscuros, ambivalentes y ambiguos, todos con un misterio que los rodea constante, ninguno desvela todas las partes de su personalidad, pasado o presente, son reservados y cautos con la información que dan sobre ellos.
Esto da mucho juego a giros de guión al no saber nunca como van a reaccionar, todos guardan secretos íntimos que sólo desvelan gradualmente en la medida justa de las conveniencias de la historia. No hay transparencia, y dentro del respeto enorme que se guardan entre ellos, hay una motivación individualista mayor, una ambición por crecer mayor que la de cuidar de los tuyos.
El subtexto propone que el mal no responde tanto a factores objetivos sino más a la capacidad de maquinar de la mente humana, movida por el egoísmo y la codicia, pero surgido de la razón. Los límites del bien y del mal se entienden como que el mal no los tiene y los del bien empiezan donde llega el mal para desacreditarlo. El mal tiene límites inimaginables y abominables, y mediante un discurso crudo y sólido, Cronenberg lo plasma en una obra visceral. No tiene tapujos a la hora de condenar esta "élite" que hace lo que le place, y quienes contagian el mal a su paso.
Un final con un sabor agrio, donde todo lo vanguardista de la obra se desploma en un beso innecesario y en un final que te deja con muchas dudas. Tras un buen giro de guión, las imágenes finales sugieren mucho más de lo que dicen, quizás me hubieran faltado 30 minutos más de película que explique mejor y donde se desarrolle más ese final tan abrupto.
La maldad, el poder, la degradación que el propio poder conlleva, la prostitución, la lujuria, el alcoholismo... una obra llena de crudeza, donde estas familias criminales viven bajo régimen y donde cada día te juegas el cuello, pero que si perteneces a una eres poderoso y temido, ese toque Shakespeariano, el monarca y sus hijos, la traición de tus más allegados, se trata pero no se explota tanto. Llena de clasismo y de menosprecio hacia los inferiores, "los hijos de esclavos nacen para ser esclavos".
A su vez se siente una obra muy clásica, hay ciertos paralelismos con esas películas de mafia italiana. La escena musical del acordeón (sobresaliente por cierto) muy similar a esa música mediterránea clásica de las películas de mafia italiana, sólo que adaptada a la versión rusa, el cabeza de familia como un señor muy entrado a la vejez pero intocable y temido, y esos hijos aliados pero que compiten en secreto entre ellos por ascender.
Una obra muy buena y particular, con el sello Cronenberg impregnado y con un Viggo Mortensen impresionante, la ambientación y dirección es brillante, unos planos muy bien escogidos y realizados, el trabajo de cámara es soberbio. Lo único que me falla es el final y que podrían haber profundizado más en esas interrelaciones. Un 8.