Arte vs. guerra
por Pilar Cuesta‘The Secret of Kells' es una pequeña gran joya del cine confeccionada en animación tradicional, un ejemplo de cómo cada secuencia puede reivindicarse como distinta de la anterior y de la siguiente, contener su propia orfebrería artística y fluyendo al lado del conjunto. Por su singularidad y hermosa factura, es memorable la experiencia de su visionado, y atípico el impacto y las huellas que deja. Uno asiste boquiabierto a gran parte de su metraje, independientemente de que el desarrollo de la historia siga el modelo clásico de los relatos de aventuras.
Al alimón, Tomm Moore y Nora Twomey adaptan la historia real que se ha ido transmitiendo a raíz de la conservación del histórico libro de Kells. En el filme, Brendan es un pequeño monje huérfano que vive con sus compañeros en la irlandesa abadía de Kells en pleno siglo IX. Su tío está empecinado en fortificar la aldea para proteger al pueblo del ataque vikingo mientras que otras voces defienden el valor artístico y espiritual de la caligrafía como tabla de salvación. El niño se posicionará desde el principio y habrá de enfrentarse a numerosos obstáculos y miedos invocando una de sus más útiles habilidades: la imaginación, integrada estupendamente junto al resto de hechos narrados. La lobezna Aisling y un simpático gatito serán sus principales camaradas. ‘The Secret of Kells' es además una gran fábula humanista, cargada de vitalidad y de hondo respeto hacia la naturaleza.
A favor: La consciencia de estar asistiendo a una obra de arte, cinematográfica y "animada".
En contra: Que se acabe; que no nos podamos quedar con Pangur Bán, el gato.