Polvo cafeína, concentrado de locura. De tal madre tal hijo, perro sarnoso, tatuado, rabioso, jefe de jauría, sacude su melena por encima de una plantación condenada. Huppert, Divina, hechiza el espacio, se impregna de él, da a luz a algo bello, fuerte. Corte de manga al tipo de la radio, música sublime que envuelve la imagen escupida por un humo puro, droga blanca. Atmósfera amenazadora, a la manera del boxeador herido, que tiende, escena a escena, hacia lo inevitable. Los actores actúan bien, Claire Denis domina su asunto, quemante, sangriento como las plantas de los pies heridas por haber hollado un suelo hostil. Amor abusivo del objeto, del instante, olvido de sí, de los otros, pérdida de consciencia, Huppert se despedía de lo racional mucho antes de la aparición del título, White Material, con letras grandes negras en fondo blanco, tatuaje indeleble.