El melodrama según Becker
por Israel ParedesAlejado en gran medida de los planteamientos cinematográficos que desplegara durante los ochenta y los noventa (y, por supuesto, en sus dos películas en la década de 1960), el cineasta francés Jean Becker comenzó en 1999 con La fortuna de vivir un ciclo de películas muy coherentes tanto estética como temáticamente dentro del cual Dejad de quererme es quizá su mejor y más redonda película. En ella Becker, con un estilo visual comedido y cuidado, se adentra en el terreno del melodrama con respeto máximo al género a su vez que jugando con él para trazar una historia dura y directa, que en ocasiones puede llegar a ser desagradable en sus planteamientos, duros, sin concesiones, pero que irremediablemente conducen al espectador hacia una resolución mucho más ligera de la deseada a tenor de lo planteado durante la película pero que, en su emoción, logra conmover. Becker logra quizá de este modo su mejor obra de los últimos años, gracias a su alejamiento de la sensiblería más comercial para acercarse a la vida en toda su dureza (pero también en toda su emoción).
A favor: Los actores, la dirección de Becker.
En contra: Quizá el final que no cierra como deberá la película acorde a lo planteado.