Música muerta
por Cristina Álvarez LópezSolo hay que echarle un vistazo a la trama de 'El concierto' para hacerse una idea de por dónde van a ir los tiros: Andrei Filipov, el protagonista, es un hombre que trabaja como limpiador en el teatro Bolshoi pero que en tiempos de Brezhnev fue un importante director de orquesta destituido por no querer despedir a los músicos judíos. Cuando la actual orquesta sea invitada para tocar en París, Filipov decidirá reunir a su vieja orquesta y presentarse allí para tocar.
El filme, pues, se construye como una de esas venganzas (que el espectador suele abrazar fervientemente) contra el absurdo de la política, solo que para hacerlo el necesitará una excusa más absurda todavía que el acto original. El gran problema del filme es que no solo no funciona como comedia (los gags son muy pobres), sino que en ningún momento te crees que esos actores sean músicos (por más que fuercen sus expresiones faciales frente a los instrumentos).
A favor: Nada.
En contra: La escena del concierto final.