Opiniones sobre Sueños eléctricos

Miles es un arquitecto que está trabajando en un nuevo ladrillo antiterremotos. Para mejorar su trabajo decide adquirir un ordenador, el cual, tras un desafortunado incidente con una botella de champagne, toma conciencia de sí mismo, y se considera un ser vivo. La cosa se complica aun más por la presencia de la vecina de Miles, por cuyo corazón ambos, Miles y su ordenador, pelearán...

Un film que para ser de los ochenta, década donde los primeros ordenadores comenzaron a entrar a las viviendas particulares, es muy adelantado a su tiempo, tocando temas de tecnología y de inteligencia artificial crea una película muy moderna.
La obra es muy visual, me encanta el momento en el que el ordenador ataca a nuestro protagonista y a su vez, a modo de paralelismo, vemos el clásico juego del come-cocos. Una escena que representa a la perfección ese espíritu "friki", esa cultura pop, ese espíritu adolescente desenfadado y ese ritmo trepidante que la obra lleva.
Y es que se nota el pasado como realizador de vídeos musicales de Barron; A-ha, Madonna o Michael Jackson entre otros. Las escenas musicales están muy bien rodadas, acompañan muy bien a la trama y aportan mucha sensibilidad.
También en cierto modo que la computadora pueda entender la creatividad y sensibilidad detrás de la musica y de la creación de esta es signo de lo humana que es, dejando el hecho de que si tiene conciencia y puede razonar ya está muy humanizada. Por ende la música a parte de un signo de humanidad, es también muestra de conexión entre individuos, como en la vida misma, donde la música sirve como anexión de masas.
Pero el punto fuerte de la película no es este, es el amor, siendo este una competición entre la máquina y nuestro protagonista por el corazón de su vecina. Y es esto lo que la hace tierna y agradable, una película sin excesos ni florituras. Nuestro protagonista quiere mitigar su soledad, pero su propia creación terminará siendo su competencia. Su ordenador un día por error o por acierto, hizo "click", y se enamora, aunque igual que todos nosotros supongo. Un triángulo amoroso donde la tecnología y la inteligencia artificial se mezcla suavemente con lo romántico, la idea de algo artificial experimentando el más noble de nuestros sentimientos. Y al final, entiende que a veces hay que ser comprensivo y ceder.

Es una película entretenida y llena de vitalismo. La ingenuidad y sencillez de los personajes y a la vez optimistas y alegres, tiñen una película que en principio tiene una trama llena de clichés y ya vista. Y la narrativa tiene algún fallo sin contar alguna salida fácil que han tomado los guionistas, las actuaciones también son buenas pero sin destacar tampoco mucho y falta algo de chicha a veces a la obra. Aún así recomendable.