Crítica de SensaCine.com para Step up (Bailando): Cuerpos que bailan

El subgénero juvenil de las películas de baile con gran carga hormonal vivió un momento de gran eclosión en la década de los 80 con títulos como 'Fama' (Alan Parker, 1980), 'Flashdance' (Adrian Lyne, 1983) o 'Footloose' (Herbert Ross, 1984). Aquellas han quedado como películas absolutamente coyunturales y ancladas a los valores estéticos de la época, de difícil recuperación si no es bajo el manto de la nostalgia o, al menos, el de la curiosidad historiográfica. No hay motivos para pensar que con 'Step Up', dirigida por la coreógrafa Anne Fletcher, no vaya a ocurrir lo mismo: no está ni por encima ni por debajo de sus precursoras.

Para empezar, la pareja protagonista, formada por Channing Tatum y Jenna Dewan, ya ha empezado a explotar su potencial catapultado por el éxito de la película (él en las producciones de primera división, ella como bailarina), siguiendo los pasos de Jennifer Beals o Kevin Bacon y dejando atrás la saga una vez exprimido todo su potencial en esta primera entrega. Porque 'Step Up' no deja de ser una actualización del romance juvenil, con su pizquita de 'Mucho ruido y pocas nueces' (personalidades contrapuestas que sólo conectan en cuanto a amarse), inconformismo a lo 'Rebelde sin causa' y, en definitiva, un envoltorio danzado (y bailable) de la consabida sucesión de estados de seducción, amor, distanciamiento y reconcialización de toda historia romántica que se precie.

A favor: La presencia de Rachel Griffiths.

En contra: Fecha de caducidad más peligrosa que la nitroglicerina.