Crítica de SensaCine.com para La vida de los otros: Encuentro de dos idealistas

'La vida de los otros' supuso un considerable boom internacional por parte de una cinematografía -la alemana- bastante poco conocida por estos lares. Gran parte del éxito del filme debe buscarse en el retrato amable que hace de sus dos protagonistas: Georg (Sebastian Koch), un dramaturgo que trata de mantenerse al margen de las fricciones políticas, y Hauptmann (Ulrich Mühe), el oficial de la Stasi (el órgano de inteligencia de la RDA) encargado de vigilarle. Todo el filme se sustenta sobre el giro que irán experimentando las conductas de ambos protagonistas: ante los repetidos incidentes que afectan a sus amigos intelectuales, Georg se verá empujado a abandonar su diplomacia y a tomar partido; Hauptmann, por su parte, comenzará a sentir cierta empatía por su vigilado y ocultará pruebas para ayudarle.

Quizás este filme no es la obra maestra que muchos han querido ver. De hecho, la película incurre en peligrosas simplificaciones ideológicas al retratar a sus protagonistas como idealistas puros, como abanderados del humanismo en un mundo corrupto. Pero, aunque enseguida adivinamos cómo va a evolucionar la trama, Florian Henckel von Donnersmarck dirige con buen pulso un filme que, pese a sus trampas, consigue mantener el interés, el dramatismo y la tensión hasta su desenlace.

A favor: Cómo está retratada la obsesión, cada vez más íntima y personal, que siente Hauptmann por el caso en el que trabaja.

En contra: Su maniqueísmo simplista, especialmente a la hora de presentar a los personajes secundarios.