El mundo en cuatro bebés
por Covadonga G. LaheraHe aquí un documental observacional que actúa como ejemplo de sinécdoque, al menos por lo que proclama su título y sus intenciones aparentes: cuatro bebés = los bebés del mundo. Como su propio nombre indica, las imágenes que vemos en su interior consisten en secuencias ordinarias del devenir de bebés desde su nacimiento hasta el memorable episodio en que comienzan a dar sus primeros pasos. La selección se limita a cuatro casos procedentes de familias situadas en coordenadas geográficas tan distantes y diferentes como Namibia, Mongolia, Tokyo y San Francisco. ¿Y los criterios de búsqueda, selección y planteamiento? La pieza no trasluce respuesta alguna y uno se interroga al final sobre su acabado forzadamente homogeneizador y su ¿aleatorio? reduccionismo.
No obstante, cualquier espectador podrá disfrutar seguramente de bastantes episodios puntuales donde el bebé de turno desarrolla una total y espontánea anarquía en sus acciones y reacciones, dado que aún no "ha entrado en religión". Son interesantes algunos de los paralelismos que van generándose entre las diferentes maneras de proceder que tienen las madres de cada enclave (y cómo afectan las circunstancias económicas, higiénicas, sociales...), o las interacciones de los pequeños con sus hermanos o con los animales circundantes (por ejemplo, los gatos). Uno también se pregunta sobre por qué muchas de estas cosas nos activan la curiosidad y nos tocan la fibra sensible.
Este filme francés de Thomas Balmès prescinde del peso habitual de las palabras (salvo el acento en esa primera: ‘ma-má') y va construyendo su narración a partir de las rimas visuales y/o cronológicas que se originan entre los cuatro infantes. Mecánica simple y eficaz. A una elaboración fundamental en la sala de montaje se suma en el resultado la banda sonora de Bruno Colais (también compositor de Los chicos del coro y Los mundos de Coraline), que remarca algunas emociones en momentos concretos. El disfrute es mayor cuanto más espontáneos parecen los instantes capturados. Se resiente cuando uno denota una presencia conductista.
A favor: Los episodios que registran las reacciones espontáneas de los bebés, sus primeras tomas de contacto con el mundo, sus primeras reacciones... Por ejemplo, el pataleo de uno de ellos al frustrarse por no saber ligar las piezas de un juego o las interacciones con los animales.
En contra: Su intención homogeneizadora y reduccionista.