La vuelta de tuerca
por Cristina Álvarez LópezEn muchos sentidos 'Fracture' es un producto más que discreto que cumple con los requisitos básicos del género al que se adscribe. Puede que Hoblit no muestre una gran personalidad como director, pero no puede negarse que maneja con eficacia el suspense y la tensión del filme, y los dosifica con destreza. Estamos ante un thriller judicial no especialmente original, pero bien ejecutado, que consigue mantener al espectador interesado pese lo inverosímil de una trama que gira alrededor de la consecución del crimen perfecto.
Este juego al ratón y el gato, donde se ponen a prueba las habilidades y la inteligencia de los protagonistas a la vez que se trazan sus perfiles psicológicos -esquema que Hoblit ya desarrolló en 'Las dos caras de la verdad' (1996)- se beneficia aquí del saber hacer de sus dos actores protagonistas -un Anthony Hopkins en el que todavía resuenan los ecos del Hannibal de 'El silencio de los corderos' (Jonathan Demme, 1991) y un Ryan Gosling en plena forma-.
A favor: La química entre Hopkins y Gosling.
En contra: La sensación de déjà vu respecto a 'Las dos caras de la verdad' y la vuelta de tuerca final.