"Entrevista con el Vampiro" es un notable film de vampiros basado en la novela homónima de Anne Rice, dirigido por Neil Jordan y protagonizado por Tom Cruise y Brad Pitt. La historia se centra en el relato que Louis (Pitt) hace a un periodista sobre su transformación en vampiro en manos de Lestat (Cruise) hace 200 años y su constante conflicto existencial entre ser humano y ser vampiro, un conflicto que Lestat no tiene y que lo desespera notablemente de la naturaleza humana que Louis se niega a abandonar. En su camino por esta nueva vida, convertirán en vampiro a una niña huérfana, Claudia, para luego enfrentarse al vampiro Armand, quien comanda una hueste de vampiros en Francia. Un filme que cumple con entretener dignamente, en especial, dirigida a un público más adolescente y prueba de ello es el elenco elegido. Los aspectos técnicos son bastante buenos: el vestuario, la ambientación, la fotografía. El maquillaje pudo haber sido mejor porque se nota a leguas las capas de estuco que le pusieron a Pitt para verse blanco. El guión fue adaptado de forma correcta, ya que intenta ser amena al público y lo logra. Quizás sea la película de vampiros más seria que se ha realizado en la historia del cine, en el sentido de que mientras otros films solo nos muestran el miedo y el horror, esta se sumerge en los pensamientos de los vampiros, en su capacidad de amar, de odiar y de desaparecer del mundo cotidiano y diurno.
Un estudio romántico e increíble de lo que pensaría y sentiría un vampiro si realmente existieran. Han pasado más de 20 años desde su estreno y a diferencias de otras, esta me parece no envejecer, aun así ya hemos visto crecer a Kirsten Dunst y convertirse en una gran artista de la pantalla grande. Tal vez no sea la película de terror por excelencia, ni la que de más miedo, no sé si por su vestuario, por como Claudia a través de su falsa inocencia y ternura se come a todo que intenta consolarla o por ver a los hombres más seductores de los 80s y 90s seduciéndose los unos a los otros con una exposición de poder absoluta. Sin embargo, la historia engancha desde el principio, y te adentra en el mundo oscuro de los vampiros, pero con toques románticos y decadentes. Una historia que encandila y enamora gracias a una trama que no decepciona. Neil Jordan logró su mejor trabajo hasta la fecha, consiguió ejecutar a la perfección sacándole el máximo rendimiento a todas las partes, logrando una sinergia propia de artistas en estado de gracia. La fascinación de los humanos por la inmortalidad a cualquier precio y sobre todo, el tema fundamental de la cinta, es la soledad. Soledad en la que están sumergidos todos los personajes, desde Louis con la muerte de todos sus seres queridos, Lestat con la interminable búsqueda de su compañero, la pequeña y huérfana Claudia, hasta llegar al fascinado periodista interpretado por Slater.
La fotografía indispensable y perfecta, el diseño de producción, una dirección artística nomimada al Oscar que nos introduce en Nueva Orleans, colonial y actual, cosmopolita y marinera. Y sobre todo, húmeda y tórrida. Filmando principalmente en Nueva Orleans y en Londres, con algunas secuencias limitadas en San Francisco y París. Para la plantación de Louis se utilizó una combinación principalmente de Destrehan Plantation, justo al oeste de Nueva Orleans, y Oak Alley Plantation en la cercana Vacherie. Entretanto, para representar la Nueva Orleans del siglo XVIII y principios del XIX se combinó el Barrio Francés de Nueva Orleans y un paseo marítimo construido especialmente a lo largo del río Mississippi. En Londres, se construyeron los decorados de interiores de Ferreti en los Pinewood Studios para la casa de Louis, Lestat y Claudia en Nueva Orleans, la suite de hotel de Claudia y Louis en París, el Théâtre des Vampires y las catacumbas donde viven los vampiros parisinos. En París, su usó el exterior y el vestíbulo de la Ópera Garnier para filmar la llegada de Louis y Claudia a su hotel en París.
Las actuaciones son correctas, siendo una de las bases de la película, la relación entre el trío de vampiros protagonista: Lestat (Tom Cruise), Louis (Brad Pitt) y Claudia (Kirsten Dunst). Relación que llega al espectador gracias al trabajo de los tres actores. La aparición de Antonio Banderas trajo consigo, escenas con enorme contenido de morbo pasión y sentimentalismo, los tres estuvieron magníficos en sus representaciones. Fuerte escena de casi beso entre Pitt Y Banderas que en los 90s fue escandaloso pero a la vez abrió puertas a la tolerancia. La Rise nos trajo de nuevo al vampiro hambriento, malo, seductor por sangre, desgarrador porque ama pero no importa apartarse de ese amor con tal de chupar sangre sin pudor. Mención especial para Tom Cruise que hace, a mi parecer, la mejor interpretación de la cinta, metiéndose en la piel del vampiro con una maestría sobrecogedora, representa al vampiro por excelencia, del malgastado Dracula de Ford Coppola al manipulador, obsesivo, poderoso Lestat.
En definitiva, un film infravalorado, que goza de una ambientación muy conseguida, una fotografía maravillosa, la acción necesaria y la historia de un vampiro incomprendido dentro de su propio infierno. Con una espectacular banda sonora que envuelve a toda la cinta, la cuál se hizo archiconocida por la acertada canción final y que pone el broche de oro a esa escena final, en la que vemos como Leslat ha superado sus siglos de retiro y sacando la puntilla del puño de su camisa del siglo XIX por fuera de su nueva chaqueta de cuero, conduce el coche del acojonado reportero, mientras le dice "Voy a darte la ocasión de elegir, que yo no tuve". La película nos sugiere algo como: que nacemos en esta vida con la meta de encontrar un amor, que acaba convirtiéndose en nuestro compañero en este viaje que es la vida, de la búsqueda de la identidad y del compañero/a que pasará con nosotros el resto de nuestra vidas, en este caso un compañero para toda la eternidad.