Crítica de SensaCine.com para Ahora o nunca: Amistad viejuna

Edward y Carter se hacen amigos en el último período de sus vidas, en un lugar tan atractivo como la habitación de hospital que ambos comparten como enfermos terminales de cáncer. Jack Nicholson interpreta al primero, un acaudalado empresario propietario de dicho centro, entre otras cosas. Morgan Freeman es Carter, quien improvisa un borrador llamado en el original "The Bucket List", donde escribe una lista con varias cosas que le gustaría hacer antes de morir, multiplicando la ambición del borrador de Ann en Mi vida sin mí. Rob Reiner dirige en esta comedia dramática a dos pesos pesados de la interpretación, septuagenarios nacidos en idéntico año, 1937.

Está claro que este filme de final lacrimógeno es un vehículo para mayor gloria de su dúo protagonista y que la poca gracia que tiene es en realidad ver a Freeman y Nicholson haciéndose rabiar en un comienzo e ir empatizando progresivamente. A uno quizás pueda también activársele cierta envidia ante las "boutades" que acometen (unas más que otras): dar casi la vuelta al mundo, deleitarse los paladares, tirarse en paracaídas desde un helicóptero en marcha, hacerse un tatuaje, carreras de coches... Aunque su moraleja de que "nunca es demasiado tarde" ya la conocemos y en Ahora o nunca acaba exponiéndose de un modo bastante relamido, sin tener en cuenta además que sus aventuras de despedida vital no son aptas para todos los bolsillos.

A favor: La química entre ambos actores veteranos. La receta del Kopi Luwak.

En contra: Su propuesta cómica funciona a ratos, pero su argumento no logra trascender lo anecdótico. Su filosofía barata y su tufillo sensiblero.