Crítica de SensaCine.com para Harry Potter y el Misterio del Príncipe: Oscuridad adolescente

Justo antes de embarcarnos en la doble parte final de la película, 'Harry Potter y el misterio del príncipe' nos situa en una aventura previa antes de desatarse la tormenta. El universo oscuro que hasta el momento se había ido perfilando volvía a estar presente en esta ocasión. Pero además, resulta evidente que los chicos han crecido, y en eso fundamentalmente se centra la trama, a través de una serie de laberínticos recorridos que nos introducen en las vicisitudes internas de los protagonistas. Así, las escenas de desazón adolescente son casi la base de la mayor parte de las intrigas. Los integrantes de la escuela de magia, al mismo tiempo que Harry Potter tiene que enfrentarse a sus diatribas personales, iniciarán toda una apoteosis hormonal que culminará en diferentes enredos emocionales. Lo que sí es cierto es que a medida que nos hemos acercado al final de la historia, la trama se ha hecho cada vez más densa e impenetrable para los no iniciados en la saga de la escritora J.K. Rowling. Eso hace que su disfrute sea complicado y que el siempre temido ritmo fatigoso que se le suele imprimir, vuelva a pasarle factura. De nuevo el envoltorio de la producción es impecable, cuidado hasta el extremo. Recargado hasta límites insospechados, eso sí, pero lo cierto es que innegablemente ofrece un tratamiento de las texturas del fantástico muy interesantes.

A favor: La evolución del personaje de Draco Malfoy (interpretado muy bien por Tom Felton).

En contra: La falta de ritmo y lo farragoso de algunos pasajes.