Un cuento macabro
por Rodolfo SánchezGabor Csupo debutó en la dirección con Un puente hacia Terabithia, adaptación de la novela infantil de Katherine Paterson, una película que, al servicio de la Disney, se queda, extrañamente, a medio camino de todo aquello que plantea. Digo, de manera extraña, porque la productora siempre tiene claro qué decir y qué hacer y cómo mostrarlo; otra cosa es que el resultado sea después convincente.
En Un puente hacia Terabithia, Csupo consigue otorgar a la historia de un cierto aire de crueldad muy alejado (o no) de los mundos infantiles, convirtiendo a Un puente hacia Terabithia en una película tanto para un público juvenil como para adulto, si bien, este último, seamos sinceros, acabará distanciándose de la película en el momento en que ese tono algo cruel se aleje y la narración se adentre más en el terreno del infantilismo que tanto gusta a la Disney. Aun así, Un puente hacia Terabithia deja una sensación, en determinados momento, desasosegantes que sin embargo no terminan de asentar ese tono sombrío que la película exigía, a lo cual se le suma una visualización no demasiado elaborada en sus efectos especiales y una falta en general de audacia en la puesta en escena. En cualquier caso, merece la pena en muchos aspectos.
A favor: Esos momentos en que el relato infantil se da la mano con el cuento macabro.
En contra: Que esos momentos no acaban siendo la tónica más general de la película.