Buen cine infantil
por Rodolfo SánchezLa carrera de Mark S. Waters (o Mark Waters) hasta Las crónicas de Spiderwick, está formada por películas dirigidas principalmente al público más joven con películas como la disparatada Almas gemelas, Ponte en mi lugar o Chicas malas, por lo que a priori se presenta como una buena elección para encargarse de llevar a pantalla los libros de Tony DiTelizzi y Holly Black (entre los guionistas nos encontramos, curiosamente, a John Sayles). El resultado, una película muy correcta, capaz de gustar a cualquier miembro de una familia, mediante una historia donde lo fantástico y el misterio se dan la mano para una narración sobre el descubrimiento juvenil y sobre la aventura.
Waters opta por una visualización clásica y reposada para Las crónicas de Spiderwick que ayuda a que la narración de corte decimonónico tenga un buen correlativo en sus imágenes. Podría decirse que Las crónicas de Spiderwick tiene el aspecto de película de toda la vida, para lo bueno y para lo malo. Es posible que, a pesar de la búsqueda de una sencillez narrativa, Las crónicas de Spiderwick sea un poco embrollo, sobre todo para los más pequeños, pero también es verdad que posee un punto macabro que la aleja en determinados momentos del cine infantil mas acomodado mediante una oscuridad un tanto absorberte y de agradecer. Una película a medio camino de todo pero que posee un cierto encanto, aunque su inevitable competición con todos los títulos infantiles de los últimos años, quizá, le juego un flaco favor.
A favor: La oscuridad de gran parte del metraje.
En contra: El irremediable cursi final, irritante.