Un musical demasiado tópico
por Rodolfo SánchezEn Ritmo salvaje nos encontramos ante una premisa argumental enormemente manida pero que intenta ser novedosa. Por un lado, un joven negro con problemas en Los Ángeles llega a Atlanta, a la universidad, en donde, evidentemente deberá encontrarse a sí mismo para poder ayudar a una hermandad frente a otra, enamorándose por el camino, reflexionando sobre cuestiones terrenales, a la par que baila y ayuda a sus nuevos amigos a imponerse a otra fraternidad. Y, entre tanto, mucho baile, mucha cuestión racial, mucho hip hop, y, al final, mucho de casi nada porque Ritmo salvaje parece realizada tan solo para quien sea capaz de disfrutar de los bailes y de la música.
El problema es que su directo, Sylvain White es incapaz de trabajar con el género musical (y podía haberlo hecho ya que la historia daba para ello) para mostrar cómo las coordinadas genéricas del musical (hoy en día un género apenas trabajado salvo en ocasiones muy contadas y con resultados en general francamente malos) pueden adaptarse al presente. Pero prefiere entregar una película mucho más superficial, sucesión de lugares comunes y con una historia falta de interés.
A favor: Quizá los bailes y la música.
En contra: Que es un aburrimiento de película.