"Indiana Jones: En busca del Arca perdida" es una emblemática y espectacular cinta de aventuras producida por George Lucas y dirigida por Steven Spielberg. El aventurero arquéologo estadounidense Indiana Jones es contactado por el Gobierno de los Estados Unidos para que ubique la legendaria Arca de la Alianza antes de lo que lo logre la Alemania Nazi, ya que el mítico artefacto podría otorgarle un poder ilimitado para conquistar el mundo. Sin embargo, Jones no sólo tendrá que luchar contra los nazis, sino también con un antiguo rival, el saqueador de tumbas francés René Belloq. El protagonista es involucrado en una aventura a punto de acabar, complicada y casi mortal. En concreto, apoyado de dos mercenarios tratando de hacerse con un ídolo inca en un templo maldito, quienes lo traicionan, el enfrentamiento con el antagonista directo, Belloq, y la huída dificultosa con un amargo sabor de boca. Bastará sólo con una pequeña escena en la universidad, posteriormente, dando clases, para que el espectador sepa quien es Indiana Jones. Efectividad narrativa pura.
Pero ese es solo un ejemplo, porque a lo largo del film, el espectador podrá dar cuenta del talento de Kasdan para condensar y equilibrar de forma bastante notable una serie de géneros narrativos, que van desde la aventura, el romanticismo, el humor, la conspiración, la documentación histórica y hasta el esoterismo. Así, a través de ingeniosos momentos de acción, el guión da cuenta de una historia con ritmo increíblemente bien llevado y con un Spielberg muy seguro de dirigir pausa y acción sin altibajos mayores que en el preámbulo del epílogo. No obstante, hay que señalar que el guión está tan lleno de clichés que hace que el espectador tenga que prescindir de ellos para simpatizar con la trama. Probablemente el ejemplo más contundente y que se repetirá es la insistencia por caricaturizar a los nazis y otros villanos, de apariencia elegante pero poco brillantes y poco preparados a la astucia de un siempre empolvado y sucio Indiana Jones. Kasdan dibuja unos villanos que terminarían siendo arquetípicos en la saga de “Indiana Jones” que son realmente malvados pero poco inteligentes, sucumbiendo ante Jones más que nada por su torpeza y ambición que por incidencia del famoso arqueólogo.
Pero una cosa es muy cierta: a la contundente secuencia inicial de Indiana Jones en la jungla sudamericana sorteando una enorme piedra aplastante, los cientos de dardos envenenados de los nativos del lugar y el robo del ídolo de oro por parte de Belloq, el director va sumando más y más momentos memorables como el viaje del arqueólogo a Nepal para tratar de encontrar el medallón que indicará el lugar donde se esconde el Arca y la dinámica lucha contra los emisarios nazis que concluirá con el incendio del bar de Marion, ex amante de Jones, para luego pasar a la icónica secuencia de Jones sacando el Arca de la cripta faraónica y siendo encerrado en ella por Belloq con miles de serpientes venenosas. La persecución en camión con los nazis y los acólitos de Belloq que incluye imposibles acrobacias por debajo del camión, hasta llegar al clímax con la apertura del Arca y el desencadenamiento del poder de Dios ante la ambición y soberbia de los oficiales nazis, por nombrar las más recordadas.
Las actuaciones son inmejorables, hoy en día es difícil imaginarse a otro actor interpretando a Indiana Jones que no fuese Harrison Ford. Sin embargo, aunque Spielberg le había sugerido, Lucas no quería que Ford se convirtiera en una suerte de actor fetiche como Robert De Niro para Martin Scorsese. Finalmente, Lucas se convenció que el indicado era Ford. Karen Allen personificó a Marion Ravenwood, interés amoroso de Indiana Jones e hija de su arqueólogo mentor Abner Ravenwood, un personaje femenino interesante por su carácter indomable pero al fin de cuentas dependiente de sus sentimientos por Jones. Por su parte, Paul Freeman encarnó al saqueador de tumbas y arqueólogo francés René Belloq. En la práctica, es su competencia en cada aspecto, no sólo porque añora quitarle a Jones cualquier pieza o tesoro que éste encuentre, sino que también se interesa por Marion. Belloq está secundado en la villanía por el oficial nazi Toht interpretado por Ronald Lacey, que se quema la mano al tratar de apoderarse del disco sagrado en el incendio del bar de Marion, y el también oficial nazi Dietrich, intrepretado por el alemán Wolf Kahler. Completan el reparto John Rgys-Davies como Sallah, el amigo árabe de Jones. Denholm Elliott como el Dr. Marcus Brody, propietario del museo que compra las antigüedades rescatadas por Jones. y un joven Alfred Molina como uno de los mercenarios que acompaña al arqueólogo a Perú y quiere traicionarlo.
En definitiva, una película clásica que revitaliza de la mejor manera posible el género de aventura olvidado a inicios de los 80s. Con la dupla Lucas-Spielberg dando clases de cómo hacer cine contundente de acción y la aparición de uno de los grandes icónos del cine de acción de la historia. Una delicia inimitable en su trepidante y fastuoso ritmo, que hacen de ella un parque de atracciones, repleto de acción, emoción, aventura y cine milimétrico y gozoso. Inauguró una saga inolvidable que catapultó a Harrison Ford a la fama absoluta y ascendió a Spielberg a la cima de la comercializado.