Últimas opiniones sobre Plácido

Placido es cine español en estado puro y más si se trata de uno de los directores españoles más importantes en la industria señores y señoras y me pongo de pie el gran Luis García Berlanga el hombre que hace del cine español una maravilla del séptimo arte y este es de sus mejores films y más si trata los temas que trata en forma de crítica, el film trata temas como la desigualdad social a nivel económico y las dobles caras en figuras importantes, temas que muy poca gente en la industria se ha atrevido a tocar y menos en los años sesenta con la dictadura de Franco en una España franquista.
La trama narra la historia de Placido un hombre pobre que en Nochebuena le contratan para participar con su motocarro en una cabalgata política de la campaña Siéntese con un pobre, que trata de una campaña donde luego de la cabalga y de una subasta un pobre cena con un rico muy famoso comida muy cara.
Sin duda una gran película de comedia con un trasfondo triste y reflexionante.
Aparte la pelicula consta de un gran nivel de fotografía y unos diálogos buenísimos con personajes carismáticos y graciosos.
Sin duda un orgullo para nuestra cultura y para el séptimo arte.

Todavía nos dura el cabreo monumental que se nos produjo cuando, atónitos y perplejos, contemplamos el inexplicable e injustificable olvido de la Academia Europea al no haber recordado el nombre del maestro en sus dedicatorias a las figuras del cine desaparecidas recientemente. ¿Por qué? Amén de desastres burocráticos y otras vergüenzas, lo cierto es que a Luis García Berlanga le faltó en vida reconocimiento internacional, y esto es algo que continúa percibiéndose y debería ser subsanado con el paso de los años. Un cineasta descomunal que habría de tener el mismo alcance universal que el otro gran genio de nuestro cine, Buñuel, pero que sin embargo está todavía a años luz de ese reconocimiento que se le debe y merece fuera de nuestras fronteras. Cáustico, tierno, romántico, pesimista, absolutamente intransferible y personal este autor mayúsculo dentro del cine universal que cuenta en su haber con varias obras maestras indiscutibles. El propio Bogdanovich quedó impresionado profundamente cuando vio el cine de Berlanga y quiso realizarle una retrospectiva en el MOMA. ¿Cómo podría haber sido de otra manera? Berlanga era un maestro extraordinario que firmó una obra tan inmortal como PLÁCIDO, un fresco oscuro y conmovedor de una sociedad que él supo captar con su cámara como nadie. Planos-secuencia prodigiosos, diálogos superpuestos (una dificultad añadida para seguir sus películas con subtítulos), melancolía destilada a través de un humor negro que congela la sonrisa, paradójico vitalismo capaz de sobrevivir en circunstancias de auténtica miseria moral, una mirada radical, profunda y a la vez llena de piedad por el ser humano, todo ello trabajado con una puesta en escena que él a veces, en su forma despreocupada y humilde que tenía de referirse a sus grandes logros, tildaba de algo perezosa y que en cambio era costosísima en planificación, tiempo y esfuerzo, posiblemente mucho más que otra ejecutada con planos de menor duración. Berlanga fue un hombre profundamente libre e independiente, por encima de cualquier adscripción ideológica estaba su propia opinión, lo que realmente pensaba y quería, y daba su opinión no en función de lo que se esperaba que dijera en un determinado momento sino de sí mismo. Por eso tenía amigos de múltiples tendencias y procedencias, y por eso todo el espectro ideológico de un país tan cainita como España ha llorado con amargura su pérdida. Así que amigos y enemigos europeos, poneos las pilas y rendid homenaje a quien si duda lo merece, porque vuestro imperdonable descuido os retrata y pone en evidencia el descrédito de esos premios. En su día mereció haber ganado el Oscar, que injustamente ese año (1961) voló a manos de Bergman (A través del espejo), y por supuesto el Cine sigue estando en deuda con él. No lo olviden ustedes.