Crítica de SensaCine.com para El círculo perfecto: La guerra en la puerta de al lado

Con el terrible asedio de Sarajevo recién terminado y las cicatrices de la guerra de Bosnia todavía humeantes, el cineasta bosnio Ademir Kenovic se alió con el poeta Abdulah Sidran para realizar esta película ambientada en la destrozada y castigada ciudad que había recibido el alto el fuego tan sólo apenas un año antes. La historia está protagonizada por un escritor alcohólico (Mustafa Nadarevic) que manda a su mujer e hija a Croacia mientras él se queda en la ciudad asediada; un día encuentra a un par de niños huérfanos, fugitivos de la matanza desatada en su pueblo por un escuadrón de la muerte, y entabla una relación de amistad con ellos.

Pese al aparentemente tono sensible de la propuesta, Kenovic no tiene ninguna intención de suavizar los terribles hechos vividos en su ciudad ni de impostar ninguna clase de lirismo. Su cámara se pasea por las ruinas de los edificios, los coches quemados y las calles desiertas con ánimo de registro, mientras el sonido constante de las pistolas y ametralladoras o los cadáveres esporádicos (asesinatos y suicidios) recuerdan el infierno reciente. En ese contexto, hasta se perdonan los pequeños gestos de humor bienintencionado como un ingrediente más del grotesco espectáculo de una guerra de la que nunca se nos oculta su crueldad; la muerte se esconde, y aparece, a la vuelta de cada esquina.

A favor: La primera secuencia, que ya zambulle en el horror absoluto de la barbarie; todas las escenas de acción, en tomas largas y planos secuencia, son sobrecogedoras.

En contra: Alguna que otra concesión al simbolismo rancio.