Sinceramente, solo he encontrado cinco razones por las cuales merece ver este largometraje, la primera y principal, es las tablas y veteranía que aporta el elenco protagonista con un amplio registro interpretativo, sin menospreciar al siempre correcto Daniel Brühl. Otra de las razones seria por la buena sensación que se te queda al terminar su visionado. Una razón personal es por qué a mí en cierto momento me llego a tocar la fibra sensible, y una película que te hace sentir algo positivo o negativo merece un punto por ello. Otro motivo por el que recomendaría la elección de esta película es por el tema que trata, la convivencia en ese momento de la vida que por ley natural todos deberíamos pasar, la vejez con sus respectivos problemas y sus miedos. Y ya por último y no menos importante por qué entretiene, que al fin y al cabo es lo que se le pide al cine, que sea entretenido.