Crítica de SensaCine.com para Tortilla y cinema: Fallido metacine

Tras dirigir el cortometraje Cocon en 1992, el también escritor y actor galo Martin Provost (El vientre de Juliette, Séraphine) debutaba cinco años después en la dirección de largometrajes con Tortilla y cinema, una comedia cuyo guión también firmaba y que trataba de establecer una simpática reflexión sobre el propio cine. En esta, la actriz española Carmen Maura hacía, más o menos, de sí misma y le daba la réplica Marc Duret en las veces del director protagonista dentro de la película, Benjamin Ballon, quien pone todo su empeño en sacar adelante un producto con sello propio.

Cine dentro del cine con muy poco tino. Lo metacinematográfico aquí deviene en pura anécdota y en caricatura vacía y su supuesta ambición reflexiva apenas levanta el vuelo y provoca algún esbozo de sonrisa en el patio de butacas. Prescindible y olvidable Tortilla y cinema, cuyo título tampoco resultó mucho más afortunado.

A favor: Su intentona reflexiva y algún momento de la Maura.

En contra: Su fallida propuesta cómica.