¡Vivan las azafatas!
por Bibi RamosEl veterano californiano Robert Butler, que empezó en la realización dirigiendo episodios de series de televisión allá por los años sesenta (El fugitivo, Batman, Canción triste de Hill Street o Remington Steele, entre muchas otras), se ha prodigado más en el terreno de las TV movies mientras sus títulos para la gran pantalla se han ido estrenando con más pena que gloria. En este sentido, Turbulence es un caso paradigmático y que pese a su descafeinada recepción por parte de público y crítica, el filme ha contado, sorprendentemente, con un par de continuaciones y algunos fans que la consideran una película de culto.
Ray Liotta hace lo que puede para dar el pego como malo malísimo (aunque depende de con quién se le compare: ¿Jack Torrance?) durante un vuelo en el que se está trasladando a unos peligrosos delincuentes, entre los que su personaje, Ryan Weaver, se encuentra. Entre el tiempo que el avión trata de cubrir la distancia entre Nueva York y Los Ángeles le da tiempo a soltarse y sembrar el pánico entre el pasaje. Pese a que el planteamiento podría haber dado para una película de acción entretenida y efectiva, Turbulence: abróchense los cinturones sufre un estrepitoso descenso nada más arrancar y así, en picado.
A favor: Si uno es capaz de tomársela a guasa, quizás hasta pueda disfrutarla.
En contra: Que uno se repita como una letanía: "¿Por qué se toma tan en serio a sí misma? Por favor, que se teleconvierta en Aterriza como puedas".