La escultora es una de las influencias más básicas en 'La piel que habito'. Su obra inspira los trabajos que Vera realiza durante su cautiverio, que le ayudan a expresar su interior herido, deformado, mutilado.
"Durante la escritura del guion, mientras veía crecer estos personajes tan amorales (impulsados siempre por una total autonomía moral), decidí que Marilia y sus dos hijos debían proceder de un país lejano, cuya cultura no estuviera basada en el complejo de culpa ni de pecado, en definitiva, un lugar donde no hubieran recibido una educación judeocristiana. Por esa razón escogí Brasil".
"Me han acompañado en esta travesía José Luis Alcaine, el director de fotografía, al que no le expliqué lo que quería sino lo que no quería, y él ha sabido proporcionar a la foto la densidad, el brillo y la oscuridad que más le convenían. El músico Alberto Iglesias, el único artista que conozco sin ego, incansable, versátil, paciente, capaz de buscar en una dirección para después buscar en la dirección opuesta si yo no estaba satisfecho, siempre supeditado al dictado de la historia y de mi modo de sentirla".
En palabras de Almodóvar: "Una historia de estas características me hacía pensar en Luis Buñuel, Alfred Hitchcock, todos los Fritz Lang (desde el gótico al noir.) Pensé también en la estética pop del terror de la Hammer, o en el más psicodélico y kitsch del giallo italiano (Dario Argento, Mario Bava, Umberto Lenzi, Lucio Fulci…) y por supuesto en el lirismo de Georges Franju en 'Los ojos sin rostro'. Después de valorar todas estas referencias, me di cuenta de que ninguna se ajustaba a lo que yo necesitaba para 'La piel que habito'. Durante unos meses pensé seriamente hacer una película muda, en blanco y negro, con letreros donde aparecieran las descripciones y los diálogos. Y rendir tributo a Fritz Lang y a Murnau. Después de dudarlo durante meses, decidí tomar mi propio camino y dejarme arrastrar por la intuición, al fin y al cabo es lo que siempre he hecho, sin la sombra de los maestros del género (entre otras razones porque no sé a qué género pertenece esta película) y renunciando a mi propia memoria cinematográfica. Sólo sabía que debía imponer una narración austera, exenta de retórica visual y nada gore, aunque en las elipsis que no vemos se haya derramado mucha sangre. No es la primera vez que parto de esta premisa antes de rodar, pero creo que 'La piel que habito' es la película donde más me he acercado a ella".
La colaboración entre Antonio Banderas y Pedro Almodóvar se remonta a 1982, cuando se conocieron en 'Laberinto de pasiones', una de las primeras interpretaciones del actor malagueño. Más tarde rodaron juntos 'Matador' (1986), 'La ley del deseo' (1987), 'Mujeres al borde de un ataque de nervios' (1988) y ¡Átame! (1991). Fue entonces cuando Banderas marchó a Estados Unidos para lanzar su carrera en el extranjero. En 'La piel que habito', vuelven a reencontrarse.