Crítica de SensaCine.com para Por fin viuda: Cuernos graciosillos

Relato de una infidelidad conyugal en clave de comedia cuya estructura narrativa inicial presenta con ligereza a los protagonistas masculino y femenino de la función y donde especialmente flaqueará ella, con una construcción algo pobre y caricaturesca, de una torpeza bastante forzada que contagia de inverosimilitud parte de las situaciones donde trata de mantener oculto su romance sin que su entorno inmediato se entere (por ejemplo, el episodio en el auto con su marido mientras suena un móvil al que ella ignora). Si uno comulga con el sentido del humor planteado por Isabelle Mergault, entonces la digestión de Por fin viuda sea quizás provechosa.

En su segundo largometraje tras Eres muy guapo, la realizadora parisiense recupera el tema ya expuesto en la anterior, crónica de las oportunidades románticas in extremis entre perfiles de personas viudas a las que la sociedad suele considerar que "se les pasó el arroz". Tras quedarse viuda, Anne-Marie (Michèle Laroque) seguirá jugando al escondite para que sus familiares no descubran su "affaire" con Léo (Jacques Gamblin).

A favor: La presentación de él en el puerto tratando de interactuar en chino.

En contra: No entrar en su propuesta humorística.