Baile con la muerte
por Paula Arantzazu Ruiz"Puedes dibujar a mi hija, pero no la puedes filmar", le dice un ex compañero del ejército israelí al director de ‘Vals con Bashir', Ari Folman, en una entrevista en Ámsterdam. He aquí la razón por la que Folman ha decidido mostrar las conversaciones con sus ex compañeros de guerra en animación. En realidad no es animación cien por cien, sino que el director hace uso de la la animación rotoscópica, es decir, filma primero a los sujetos y luego dibuja encima de la imagen cinematográfica. El dispositivo tiene, además, otra razón de ser aparte de salvaguardar identidades. Y es que ninguno de los entrevistados que participaron en la barbarie de Sabra y Shatila, a cargo de los milicianos cristianos libaneses bajo el consentimiento del ejército israelí, es capaz de enfrentarse a la realidad de una manera frontal. La película, en definitiva, incide en los horrores de la guerra y, sobre todo, en preguntarse qué grado de responsabilidad tiene el que, sin ser el ejecutor, permite un asesinato.
A favor: El trabajo no es nada complaciente.
En contra: La narración resulta algo críptica.