Crítica de SensaCine.com para El sabor de la muerte: La muerte sabe a beso

Después del éxito de 'Mujer blanca soltera busca...', el cineasta franco-suizo de origen iraní Barbet Schroeder se embarcó en el remake del clásico del film noir de Henry Hathaway 'El beso de la muerte' (1947). Aunque la película comienza como una actualización contemporánea del argumento original (una planteamiento típico del género donde un delincuente de poca monta cumple condena sin traicionar a su empleador, pero después se ve obligado a colaborar con la policía si quiere obtener libertad condicional para ver a su hija), poco a poco va distanciándose del camino del film de Hathaway y termina cerrando sus propios nudos de manera previsible y asentada en el lugar común del género.

Si por algo resulta soportable 'El sabor de la muerte' no es gracias a una aproximación visual poco inspirada por parte de Schroeder, sino a un elenco actoral extraordinariamente afinado. Salvo por el protagonista David Caruso, que es consciente de sus limitaciones, la presencia de Nicolas Cage (expresivamente excesivo como el gangster enajenado y asmático Little Junior Brown), Helen Hunt, Samuel L. Jackson, Stanley Tucci o Ving Rhames elevan los pocos atractivos del thriller criminal, aunque no lo suficiente como para convertir la película en un título distinguible de la mediocridad.

A favor: La escena de Nicolas Cage haciendo ejercicio levantando a una stripper como si fuera una barra de pesas.

En contra: Poco arrojo narrativo y falta de personalidad.