Crítica de SensaCine.com para La Princesa Cisne: La princesa encantada

El debut de Richard Rich tras dejar la dirección de la Disney fue esta pieza de orfebrería animada que nada creía envidiar a los grandes estudios (de, por entonces, El rey león o Pocahontas). La confección de La princesa cisne llevó unos cuatro años e implicó a más de cuatro centenares de manos. Rich firmaba una especie de adaptación animada y musical del célebre ballet El lago de los cisnes compuesto por Tchaikovsky.

La primera de las cuatro películas a las que daría lugar esta historia (y la única estrenada en salas, pues las tres restantes se editaron directamente en vídeo) narra la captura que sufre la princesa Odette a manos del malvado hechicero Rothbart (voz de Jack Palance). Por supuesto, "el príncipe" (conocido desde la infancia) vendrá en su búsqueda para deshacer el encantamiento. Pese a no resultar muy original, el guión es ágil y concibe junto a los protagonistas a unos cuantos simpáticos secundarios. Como suele ocurrir en muchos de estos casos, uno sí suele sentir que los números musicales sobran, pues acaban pareciendo una especie de emplasto en el conjunto.

A favor: Algunos de sus simpáticos secundarios "animados": la rana Jean-Bob (voz de John Cleese), la tortuga veloz (voz de Steven Wright) o el pajarillo Puffin (voz de teve Vionvich), por ejemplo.

En contra: Que su historia resulte tan previsible y alguna que otra secuencia está recargada con extra de dulce... (que en la versión doblada en castellano puede llegar a estomagar, especialmente por la traducción de las letras de las canciones: ej. el tema Hasta el final del mundo)