Crítica de SensaCine.com para Harry Potter y las reliquias de la muerte: Parte 1: El final de la saga. Primera parte

Este epílogo de la saga infantil más famosa de los últimos tiempos, se cerraba en dos partes para todavía sobredimensionar más si cabe el carácter épico del final de las aventuras del niño mago y sus amigos (una práctica que más adelante también utilizarían en la saga Crepúsculo para rentabilizar hasta el último minuto todo el fenómeno creado a su alrededor). Esto, irremediablemente se traducía en el error más grande que ha tenido cada uno de los capítulos de la saga: sus problemas de concreción narrativa, el estiramiento innecesario de escenas intrascendentes y la sensación de ver inflado el metraje simplemente porque sí.

El director David Yates, que ya se había hecho cargo de las dos entregas anteriores, continuó manteniendo las señas de identidad de un producto marcado por un barroquismo en las imágenes inusitado, con un diseño visual cuidado hasta el más mínimo detalle y un espectacular sentido de la épica fantástica. El problema vuelve a residir en la escasa complicidad a la que llega el espectador no iniciado en el universo de J.K. Rowling, así como de nuevo vuelve a aflorar la narrativa difusa, repleta de líneas secundarias que no llevan a ninguna parte y que no sirven para otra cosa que para enlentecer el devenir de las aventuras.

A favor: La propuesta visual resulta impecable.

En contra: Uno de pierde entre tantas subtramas que no conducen a ningún sitio.