La vida de Lloyd y Harry, dos amigos de una estupidez supina, es un auténtico desastre. El primero trabaja como chófer de una limousina, y el segundo se dedica a transportar perros. Cuando Lloyd se enamora de una chica de buena posición, que deja olvidado un maletín en el coche, los dos amigos emprenden un viaje por todo el país para devolvérselo.
Un clásico de comedia protagonizado por Jim Carrey y Jeff Daniels. La dirección es realmente buena, cuenta con buenos planos, buena anexión entre escenas, escenarios bien pensados como puede ser la casa de nuestros protagonistas, los distintos paisajes que vemos a lo largo del film...
Me da pena que la gente rebaje esta película a una del montón con chistes baratos, el humor no es tan simplista, he visto películas mejor valoradas con un humor mucho mucho más infantilizado, de hecho no creo que el humor sea la piedra angular de la trama, el punto fuerte son los personajes. Jeff Daniels con pelos de científico loco, trabajando con perros y conduciendo una furgoneta con forma de estos, y por otro lado Jim Carrey, quien trabaja de chófer de limusina, tiene el pelo a lo tazón y los dientes separados por un abismo. Los dos viven una miserable vida sin emoción, hasta que Jim se enamora y los dos deciden emprender un viaje para devolverle un maletín a la susodicha. Este viaje pues no será más que un salto hacia la libertad y el cambio, un paso a la madurez y a descubrir cosas, vivir nuevas experiencias y ver mundo. Te muestran que lo importante es el fin del viaje, pero no, es el viaje en sí.
Y al final de este habrán descubrido lo que es un amor imposible, lo que es ser un héroe o lo que es la traición.
Dicho esto no creo que sea una película para matarse la cabeza con el subtexto ni mucho menos, es para disfrutar de dos actorazos como la copa de un pino y para echarte unas risas fáciles ante lo que es una obra entrañable, inocente y muy simpática.
Una película que le tengo mucho cariño desde pequeño y a la cual siempre se lo tendré.