'Supercañeras. El internado puede ser una fiesta' está basada en los dibujos de Ronald Searle. St.Trinian's ha dado lugar, desde 1948, a ocho publicaciones y seis películas, la séptima está en pre-producción. Del internado creado por el caricaturista destacaba la rebeldía de las chicas y lo sórdido de muchas de sus historias, que ponían en cuestión la visión idealizada que solía reflejar la literatura juvenil inglesa.
La idea surgió en 2002, cuando los directores Oliver Parker y Barnaby Thompson, y los intérpretes Rupert Everett y Colin Firth trabajaban juntos en 'La importancia de llamarse Ernesto'. Entonces fue cuando Everett, fan desde hacía mucho de St. Trinian's, le contó a Thompson que quería hacer una nueva versión de las aventuras del famoso internado.
Los productores Thompson y Parker visitaron varios colegios para documentarse sobre las ideas y la personalidad de las jóvenes de hoy, averiguaron sobre sus aficiones, las bandas musicales que prefieren, cómo se agrupan y qué argot utilizan. De esta investigación surgieron los looks de las Emos, de las Frikis, de las Chavs, de las Trustafaris y de las Pijas.
El internado se recreó en la finca Park Place Estate, que tiene la enorme extensión de 240 hectáreas. Con un imponente edificio principal, construido en el siglo XIX, abandonado y semirruinoso, que además de parecerse mucho a la escuela de Edimburgo que inspiró St. Trinian's, tenía el aire decrépito que buscaban para la película. Según cuenta Colin Firth,"allí se nota una especie de aura fantasmagórica del pasado que te hace pensar en 'El resplandor'".
En 'Supercañeras. El internado puede ser una fiesta' el St Trinian's amenaza con cerrar sus puertas por que no puede pagar sus deudas. Para evitarlo, las chicas planean robar el famoso cuadro "La joven de la perla" para venderlo en el mercado negro. La National Gallery permitió que rodaran en sus instalaciones. Colin Firth recuerda emocionado el momento: "Poder trabajar en la National Gallery de noche significó una fantástica oportunidad, y estar a solas en una cámara con un Caravaggio de incalculable valor fue algo extraordinario".