Manual conservador para superar la crisis
por Alejandro G.CalvoLa directora de 'Mamma Mia!', Phyllida Lloyd, ha sido la responsable de encarar esta hagiografía de la que fuera el azote de la clase obrera británica en lá década de los ochenta: la ex Primera Ministra Margaret Tatcher. Configurada para ser un "one woman show" donde Meryl Streep diera su enésima lección interpretativa, la película acaba convirtiéndose en algo mucho más peligroso: un siniestro panfleto conservador que indica a las bravas cómo poder superar una crisis económica; es decir, valida de forma perniciosa y autoindulgente los bravíos métodos de Tatcher en la Gran Bretaña de la guerra fría, haciéndolos pertinentes para los condenados tiempos que vivimos actualmente.
La sonrojante coartada que usa la película para validar su dietario politíco es similar al que usaría Tatcher para hacerse con los mandos, primero, del Partido Conservador y, segundo, del liderazgo del país, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar dicho cargo en la historia de la Europa moderna. Si Tatcher (personaje real) utilizó su sexo y su condición social (su familia pertenecía a la clase trabajadora) para hacerse fuerte en un mundo dominado por los hombres poderosos (monetariamente hablando), 'La dama de hierro' subraya dicha tesis para retratar a la que fuera Primera Ministra como una Juana de Arco de prominente dentadura obligada a enfrentarse a los fariseos del Partido Laboralista, a los sarracenos de la clase trabajadora y a los demonios que dominaban a la juventud del punk británico. Vaya, existen videos de propaganda del PP mucho más sutiles en sus intenciones.
Narrada en forma de flash-back desde el presente, con Tatcher senil y esquizoide, siempre acompañada por el fantasma de su marido, la película otorga la mayor parte de su metraje a hacer patente la decadencia física y mental del personaje. La política sólo aparece en determinados momentos -atentados del IRA, la guerra de las Malvinas-, reduciendo al absurdo temáticas de vital importancia -se habla mucho de guerra fría, pero su único referente es la caída del muro- o eliminando de la historia las partes más incómodas de su política -como su amistad con dictadores como Augusto Pinochet. Dando como resultado una película tan aburrida en el continente como insoportable en el contenido.
A favor: Que sí, que Meryl Streep está muy bien. Pero es que aunque hiciera el biopic de Urdangarín estaría muy bien.
En contra: El baile con Ronald Reagan