Revolutionary Road: Críticas

Kate Winslet y Leonardo DiCaprio se vuelven a encontrar en papeles protagónicos en esta historia sobre renunciar a los sueños y caer en la rutina, arrastrando la relación de una pareja con hijos al desastre (curioso que parezca que cada vez que DiCaprio y Winslet se unan en pantalla, todo parezca abocado al hundimiento). Ambos están supremos en sus respectivos papeles y muy bien escoltados por secundarios de lujo como Kathy Bates (¡otra vez!), David Harbour o Michael Shannon, también sobresaliente en este drama mucho más pesimista y oscuro que el otro retrato de la familia americana que nos trajo Mendes, American Beauty, en el sentido de que, si bien ésta también tiene un mensaje realmente oscuro y poco alentador, estaba aderezada con toques de humor que la hacían más digerible que la más cruda Revolutionary Road.

La película merece la pena verla por la actuación de los 2 actores. Están sensacionales. La película, sin embargo, me ha decepcionado un poco por culpa de la engañosa sinopsis. Cuando la leí, entendí que eran los problemas de un matrimonio corriente, del día a día. Cómo lidiar nuestras aspiraciones existenciales y sueños con la rutina de un ciudadano medio (trabajo, casa, familia). Sin embargo, esto no es así. La película confirma otra cosa. spoiler:
April (Kate Winslet) es una persona trastornada, desequilibrada, injusta y del todo egoísta. Tiene una distorsión evidente de la realidad. En primer lugar, no es que odie su vida. En lo cual podría el espectador empatizar con ella desde algún modo. Es que odia a sus hijos y al concepto de familia. No les quiere. Y por ahí sí que no pasa prácticamente ningún espectador, sea este un trabajador medio o un marqués que vive de las rentas. April hace un alto en el camino en su odio cuando cree que puede conseguir su sueño de irse a Francia. Pero no lo hace por mejorar la vida de su familia, si no la de ella. Cualquier espectador se da cuenta de que sus problemas brotarían de nuevo en Paris tras estar un tiempo allí. No se iba a solucionar nada de lo que había en su cabeza por el mero hecho de huir de Estados Unidos. Además, nada impedía ir a Francia en un futuro cercano, después de ver si a Frank (Leonardo si Caprio) le va bien en el trabajo o si definitivamente les gusta su nueva vida. Pero eso a ella le da igual. Él no es que sea un santo, es un tipo neurótico y sin autocontrol, y a veces desprende un tufillo a maltratador psicólogico. Pero desde luego que es más sensato y congruente con la situación de su familia. Y April consigue hacerme parecer de él un buen marido y un buen padre de familia a su lado. Es innegable pensar que el espectador detecta enseguida que los hijos estarían más a salvo con él que con ella. Por otro lado, él le pone los cuernos, pero al menos se lo dice. Aunque sea con intención hiriente. Pero ella se los pone con un amigo suyo y no hace ni el amago de sentirse culpable. Siente la necesidad de hacer todo cuanto le dé la gana y todo el que se oponga a ella es su enemigo. Se va claramente con la estupidez de irse a perseguir un sueño cuando ascienden a Frank y ella está embarazada. Esa proposición pasa a no tener sentido salvo que se aplace. No tiene nada de coherente ni bohemio ni sibarita. Por no hablar de su decisión final, lo que demuestra todo lo anterior citado. En fin, es por eso por lo que me ha parecido algo decepcionante la peli. Porque se aleja mucho de los estándares de los sueños y frustraciones de un matrimonio normal y corriente, tal como sí rezaba su sinopsis.