Estoy sentado relajadamente, tengo mi cabeza alejada de cualquier incómodo ruido, me dispongo a escuchar sonido del bueno, música envolvente, todo un regalo para mis oídos, es el momento justo, he alcanzado la serenidad suficiente como para que todos los sentidos sientan los estímulos embriagados por un largo disco de una gran banda de rock and roll.
Le doy al play y todo mi organismo se dispara, mi vello se eriza, mi mente se disipa a golpes de fabulosos riffs, mi corazón late con mas fuerza y comienzan a contraerse todos los músculos de mi cuerpo. La música me está poseyendo, yo me dejo, porque me encanta, es un placer solo equiparable al de un orgasmo, mis dedos se mueven como si fuera Hendrix acariciando las cuerdas de su fender stratocaster, termino fundiéndome con el sonido envolvente del rock and roll, suena una canción tras otra, un sonido brutal, todas las canciones suenan igual, pero todas igual de bien, diferenciándose entre ellas, perdiéndose entre matices, dibujando siluetas psicodélicas en mi mente,con el paso de las canciones mi extasiado cuerpo termina con un cierre de disco a la altura, termino con una sonrisa dibujada en mi cara, una cara llena de gozo, de haber vivido lo mismo desde la primera pista del disco hasta la última. Ha sido una erección constante con múltiples orgasmos de por medio, agotado me tumbo en mi cama con esa primera sonrisa que parece pintada a fuego, me vuelvo a relajar, cierro los ojos y trato de dormir, aunque todavía tengo en mi cabeza el sonido de tan magno disco, de esos largos golpes de guitarra, finalmente consigo dormirme feliz y contento.
Esto se podría adaptar perfectamente a la película, porque es todo eso y más.
Una juerga constante tanto para el protagonista como para el espectador, la cinta es dinámica, ingeniosa, con escenas dignas de elogiar, y no pocas… Son tres horas de dinamita pura en el cuerpo, con un lenguaje barrio-bajero y soez, insultante, hiriente, machista, clasista y todos los calificativos políticamente incorrectos que se nos vengan a la cabeza, pero la verdad es que son tres horas de pura adrenalina, tres horas con una sonrisa en la cara, de oreja a oreja, tres horas con una erección entre las piernas, del regalo que los señores Scorsese y Di Caprio nos están brindando.
El personaje principal no podría haber sido otro que el señor Di Caprio y no es que lo borde, es que está hecho para él. El resto de interpretaciones están a la altura. La historia es muy sencilla, pero las situaciones, los distintos gags, los personajes, están mas que cuidados, es todo completamente excesivo, pero, ya sabemos como es Mr. Scorsese, los personajes no son viciosos, nacieron para el vicio, pero también nacieron para todo ese lujo, para llegar a lo mas alto el primero y caer desde lo mas alto enseguida, el deseo y la envidia de muchos de los mortales, dinero hasta cansarte, mujeres, drogas, barcos, deportivos de alta gama, la pregunta es, todo esto nos da la felicidad?
Después de ver la película muchos de los que ansían tener todo eso reculan, ¿por qué? Porque los excesos no son buenos para nadie y esta es una película de excesos, muchos excesos, tanto en las compras, como en las drogas, como en las putas, como en los personajes, excesivamente obsesivos, excesivamente instigadores, excesivamente alocados y digo yo, para que tener todo eso si eres una persona excesivamente compulsiva en todo lo que te rodea? Convertirse en una persona dependiente? No saber valorar todos esos pequeños momentos, esos pequeños matices que se pierden entre tanto lujo, porque el lujo en exceso ciega a las personas y… amigos, aquí el lujo es la razón de ser.
En resumidas cuentas, gran parte de la película es un desfase continuo, con grandes pinceladas de humor negro, con altas dosis de cinismo pero también tenemos nuestra inyección de dramatismo. La dirección ha sido notable y valiente, puesto que en numerosas escenas se denigra a la mujer, una narración más que buena, pero sobre todo los diálogos, absolutamente memorables, las situaciones cómicas y la resolución de las mismas y esas escenas de comunicación entre dos personas con el pensamiento son para enmarcar.