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Adrianrom 1977
1.285 usuarios
529 críticas
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5,0
Publicada el 5 de octubre de 2024
Segunda entrega de una de las mejores duologias de la historia del cine alemán, está vez para dar un cierre perfecto a la adaptación cinematográfica de la leyenda germánica de "Los Nibelungos", dirigida por un hombre que perfeccionó el expresionismo alemán con diferentes géneros y películas extensas. Esta segunda parte de "Die Nibelugen: Siegfried" titulada "Die Nibelugen: Kriemhild Rache" se aleja completamente de la historia épica sobre un héroe de la primera parte, y se aleja mucho más de los nibelungos para darnos una historia épica venganza, traiciones y deshonor. Obviamente con la muerte de Siegfried en la primera parte Lang, explora la venganza de Kriemhild de una manera espectacular, oscura y caótica. En una transformación de una noble princesa a una figura implacablemente oscura y determinante, asi como cruel, por cumplir su venganza y justicia. Sin duda esto es de lo más fascinante de la película. Visualmente y artísticamente es irreprochable, consigue casi igualarse con la primera entrega, dando un festival con estilo expresionista de escenarios imponentes y oscuros en una espiral de destrucción por la toma de venganza de Kriemhild, y una puesta en escena de una escala tran grande como la tragedia que envuelve a la cinta. Dicha tragedia está en su plenitud de significado en este film, ya que la película es una tragedia en el más sentido clásico y medieval, con un final de fatalidad devastador e inevitable, y de un cierre perfecto de las manos de Fritz Lang. Interpretativamente todos están sublimes, pero lo de Margarete Schön está a otro nivel. La trama sigue la historia de "Die Nibelugen: Siegfried", en donde tras la muerte del gran héroe Siegfried, su esposa Kriemhild (Margarete Schön) decide llevar a cabo una fatal venganza contra su familia, los cuales la engañaron y mataron a su esposo. Para ello se aleja de Worms y casa con el poderosisimo Rey Attila (Rudolf Klein-Rogge). Un cierre perfecto para una duologia épica perfecta en la historia del cine. En la que cada fotograma es un crescendo de suspense y emociones en general. Sin duda Fritz Lang estaba imparable a este punto de su carrera.