Crítica de SensaCine.com para Furia de titanes: Nostalgia del pasado

El género de la fantasía heroica comenzó a alcanzar cierta repercusión en los años cincuenta a partir de subproductos de serie B sin mucha calidad pero bastante simpáticos. Leyendas mitológicas, deidades griegas, aventuras protagonizadas por héroes intrépidos, monstruos diabólicos, maldiciones y demás parafernalia surgida de los cuentos populares configuró un rico panorama del que surgieron algunas obras míticas como 'Simbad y la princesa' (1958), 'Jason y los Argonautas' (1963) o 'Furia de Titanes' (1981). Muchas de estas películas tenían en común la presencia en los títulos de crédito del artista en efectos especiales Ray Harryhausen, un artesano en la construcción de maquetas que fue el verdadero artífice del éxito y la repercusión que obtuvieron en el público.

A pesar del cambio de los tiempos, las imágenes en las que aparecían las criaturas de Harryhausen, siguen estando grabadas en el imaginario colectivo. Por eso, la nueva adaptación de 'Furia de Titanes' a cargo de Louis Leterrier, tenía el hándicap de superar la fuerza de estas imágenes a través de la espectacularidad que en teoría podían ofrecer las nuevas tecnologías. Sin embargo, el resultado ha terminado siendo realmente desalentador, una muestra de lo mal que pueden llegar a hacerse las cosas cuando no se utilizan las herramientas adecuadas (como ha ocurrido aquí con la errónea conversión de la película en 3D).

La nueva versión de 'Furia de Titanes' resulta un divertimento un tanto trasnochado, ideológicamente peligroso, con decorados y personajes de cartón piedra, un sentido de la aventura y de la acción un tanto desvaído, una narración dispersa y unos héroes y monstruos poco carismáticos. Una película ridícula por momentos (la aparición de Liam Neeson con Zeus resulta impagable), que induce más a la risa que al pasatiempo desprejuiciado y nostálgico.

A favor: Gemma Artenton.

En contra: La caracterización de Liam Neeson.