Al principio, Audie Murphy declinó la oportunidad de protagonizar la película porque no quería que la gente pensara que estaba tratando de sacar provecho de su condición de héroe de guerra. Murphy inicialmente sugirió que su amigo Tony Curtis se hiciera cargo del papel. Habían trabajado juntos en tres westerns: Sierra (1950), Los asaltantes de Kansas (1950) y Cimarron Kid (1952).
Un total de 50.000 cartuchos de munición, 300 kilos de TNT y 10 cartuchos de dinamita al 40% fueron necesarios para el rodaje de las escenas de batalla.