Arranca muy fuerte y muy bien, comenzando con unos títulos de crédito tan escabrosos como bien construidos. Incluso te permite pensar muchas cosas y abrir un buen debate en torno a la bioética y la legitimidad del ser humano de jugar a ser dios, pero de repente, hacia la mitad de la película, se produce una pequeña devacle que da al traste con todo lo construido anteriormente. Y al final, sustitos, tópicos, y golpes de efecto. Habría sido mucho mejor sugerir sin mostrar y sobre todo sin sobrepasar unos límites que no llevan a ninguna parte.
De todas formas, algunos planos son muy hermosos y esa primera parte, tan bien planteada, merece que la peli se visione.