Pues si que resultó ser un experimento mortal en el que nadie sale bien parado: ni el director de aquella mitíca e impactante "Cube", ni unos pedazo de actores como son Polley y Brody, ni el espectador que corre el riesgo de quedar bastante decepcionado (suele pasar cuando se cree que la película seguirá por el camino de aquél trailer que tenía buena pinta...). Es una historia que se mueve entre la crítica al ser humano por jugar a ser dios y el género fantástico/terror salido de una laboratorio, donde "nacen" criaturas a lo franskestein, jugando con adn que para eso estamos en el s. XXI ... pero que realmente no nos lleva a ningún sitio. Lamentablemente, se hace larga y el final es más que previsible, casi tanto como el resto de lo que nos cuenta. Quizás se quede grabado en la mente del espectador la escena de la presentación de "Ginger" y "Fred" durante lo que dura el largometraje... pero se desvanece pronto, como el resto de escenas. Para pasar el rato, pero olvidable...
Arranca muy fuerte y muy bien, comenzando con unos títulos de crédito tan escabrosos como bien construidos. Incluso te permite pensar muchas cosas y abrir un buen debate en torno a la bioética y la legitimidad del ser humano de jugar a ser dios, pero de repente, hacia la mitad de la película, se produce una pequeña devacle que da al traste con todo lo construido anteriormente. Y al final, sustitos, tópicos, y golpes de efecto. Habría sido mucho mejor sugerir sin mostrar y sobre todo sin sobrepasar unos límites que no llevan a ninguna parte. De todas formas, algunos planos son muy hermosos y esa primera parte, tan bien planteada, merece que la peli se visione.