Crítica de SensaCine.com para Sospechosos habituales: Adivina, adivinanza

El neoyorkino Bryan Singer, que había debutado en 1993 con Public Access, thriller premiado en Sundance aunque poco difundido, dirigió dos años después Sospechosos habituales, la cinta que le daría un pase directo al reconocimiento crítico, al respaldo masivo en taquilla y  dos estatuillas doradas, el Óscar al Mejor Guión y el Óscar al Mejor Actor Secundario para Kevin Spacey.

Christopher McQuarrie escribió este sobresaliente guión de cuyo misterio se nos hace partícipes con gran eficacia. Tiene como protagonistas a cinco delincuentes que se conocieron entre rejas y que decidieron embarcarse en algunos golpes juntos. La película comienza con la investigación de un incendio en un barco, acontecido en el puerto de San Pedro de Los Ángeles, y cómo un delincuente tullido, como testigo superviviente, se convierte en narrador de aquello que no vimos. Kevin Spacey está sublime en su encarnación de Roger Kint, más conocido como Verbal. La película posee un apabullante ritmo narrativo y Singer mueve con esmero la cámara, destacando las secuencias de acción. El resto del elenco actoral está a un altísimo nivel, desde Gabriel Byrne a Chazz Palmintieri, pasando por Stephen Baldwin o Benicio del Toro.

A favor: Su guión adrenalítico e inteligentemente dosificado capaz de pegarnos a la butaca sin tregua alguna durante 106 minutos.

En contra: Sentirse estafado por su desenlace y considerar que no merece la pena verla por segunda vez.