Tom aún sigue creyendo, incluso en este cínico mundo moderno, en la noción de un amor transformador, predestinado por el cosmos y que golpea como un rayo sólo una vez. Summer no cree lo mismo, para nada. La mecha se enciende desde el primer día, cuando Tom, un arquitecto en ciernes convertido en un sensiblero escritor de tarjetas de felicitación, se encuentra con Summer, la bella y fresca nueva secretaria de su jefe. Aunque aparentemente está fuera de su alcance, Tom pronto descubre que tienen un montón de cosas en común. La historia de Tom y Summer cubre desde el enamoramiento, las citas y el sexo hasta la separación, las recriminaciones y la redención, todo lo cual se suma al caleidoscópico retrato del porqué y el cómo seguimos esforzándonos de modo tan risible y rastrero para encontrar sentido al amor… y esperar convertirlo en realidad.
Una comedia romántica que habla tanto al corazón como al cerebro, una película sin algarabías ni excesos, simple pero humana y a rebosar de sentimientos. De esas películas que cuando te crees el centro del universo, cuando las canciones ya no tienen letra, cuando ves sólo flores marchitas, llega esta película con su historia para recordarte que dentro del fatalismo y la incomprensión que sientes, hay alguien que ha vivido lo mismo.
Una obra que recuerda lo que es la vida, que son 500 te quieros y 500 te odio, son mentiras y también palabras nobles, son risas y también lágrimas, la vida es saber abrazar lo bueno y lo malo, aunque todo a su debido tiempo. Y esa es la lectura que hay que sacar, que todo va a su debido tiempo, parece que todo ha terminado, pero repito, eso no lo decides tú, no eres el centro del universo, y todo sigue.
Esa inmadurez que acompañada de miedo a veces se tiene cuando crees que has perdido algo que no vas a volver a tener. Hasta que llega un día que te das cuenta que no hay nada que no puedas tener.
La película bebe de la nostalgia; de un beso o de los partidos que jugabas de pequeño en la escuela, de un caminar o de las noches que pasabas viendo series con tu familia, de una mirada o de tu comida favorita de niño. La memoria ejerciendo un singular proceso de ficción y de olvido. Y uno sólo debe saber que lo intentó todo, que tuvo todo lo que pudo, que amó todo lo que valía la pena amar y que sólo perdió lo que apenas nunca fue suyo.
Otra de las posibles lecturas es cómo la mujer se presenta como independiente, alguien que disfruta su soledad y no necesita de otro, una independencia que se debería traducir en libertad, pero hasta que punto es justo tener libertad a costa de la de otros. El chico claramente se siente atado a ella, intenta andar pero no van hacia la misma dirección, ella es libre, él quiere que los dos lo sean juntos, pero la libertad de ella pasa por la de él, ya que una relación seria (que sería lo que él quiere) terminaría por agobiar a la chica acabando con su plácida serenidad.
Muy buena dirección y buenas actuaciones, me ha encantado Gordon-Levitt, es realmente un actor muy infravalorado y lo ha demostrado más veces. La historia fluye muy bien y tiene muy buen ritmo, y no es la típica convencional lo que la hace mucho más disfrutable.