En 1981, el jockey Bob Champion, montado a Aldaniti consiguió la más memorable victoria en la historia de la equitación. Su legendario triunfo en el Grando National fue más que una simple victoria, fue un milagro personal. Tan sólo dos años antes, le diagnosticaron de cáncer, mientras su desfigurado Aldaniti tenía un futuro igualmente incierto.