Circo, amor y paquidermos
por Eulàlia IglesiasAntes que David Cronenberg lo redimiera al darle el papel principal de 'Cosmopolis', Robert Pattinson ya había intentado alejarse del encasillamiento al que le condenaba la saga 'Crepúsculo' con esta 'Agua para elefantes', adaptación de un best seller de Sara Gruen sobre una pareja que se enamora en un circo durante la Gran Depresión americana.
Cuando una película se inicia con un viejo anciano que, por azarosas circunstancias, acaba sentado frente a alguien más joven y le empieza a desgranar la historia de su vida ya sabemos a qué atenernos. Estamos ante un relato clásico, un melodrama romántico que no se desvía de los carriles de la narración convencional a la hora de seguir los avatares de estos dos amantes perseguidos por el marido de ella. Más que su factura clásica, el problema de 'Agua para elefantes' es que resulta limpia y pulida en exceso. Donde esperaríamos hallar retazos de pasión sucia y polvorienta, personajes recubiertos por la mugre con los estómagos gruñendo de hambre y un contexto de miseria extrema, solo encontramos una historia de amor domada y aletargada como los animales del circo en unos escenarios limpios y relucientes. Como una historia de James M. Cain a la que hubieran arrancado las agallas para hacerla digerible para el público bienpensante.
Con los mismos elementos, vida circense, pasiones extremas y Gran Depresión, el canal HBO produjo una serie memorable, 'Carnivàle'. E incluso Cecil B. DeMille hizo saltar chispas de una escena en que Gloria Grahame estaba a punto de fallecer aplastada por un elefante víctima de los celos apasionados de su sádico domador en 'El mayor espectáculo del mundo'.
A favor: Las escenas en que la cámara se mueve con toda soltura por los angostos vagones del tren.
En contra: La química entre el trío de protagonistas es inexistente.