Crítica de SensaCine.com para El silencio de Lorna: Sin papeles

'El silencio de Lorna' es la película de los Dardenne que más se desvía de las constantes reiteradas de su filmografía. La historia de una muchacha albanesa que se casa con un joven drogadicto a fin de conseguir la nacionalidad belga se sitúa en una ciudad como Lieja en lugar del pueblo en que los hermanos suelen ambientar la mayoría de sus films. Lo que les permite transitar por primera vez por los caminos del género: 'El silencio de Lorna' adquiere los visos de un thriller urbano con las mafias que trafican con personas como telón de fondo. Cambia el paisaje, sí, pero no el núcleo duro del film, que una vez más se mueve en torno al conflicto moral al que se enfrenta la protagonista: ¿hasta dónde será capaz de llegar para asegurarse la supervivencia?

El proceso de madurez moral que viven todos los protagonistas de los Dardenne se manifiesta aquí de una forma mucho más física que en otras de sus películas, ya que Lorna (la debutante y estupenda Arta Dobroshi) va tomando conciencia de la humanidad de su marido postizo (el habitual Jérémie Renier) a partir de la cercanía a su cuerpo degradado. Sin embargo, la peligrosa deriva hacia un drama clásico en las últimas secuencias del film corrobora que los Dardenne funcionan mejor cuanto más fieles se mantienen a ellos mismos.

A favor: Las escenas entre Arta Dobroshi y Jérémie Renier.

En contra: Que en su último tramo se escore hacia el drama más convencional.