La historia sigue a un grupo de manifestantes que interrumpieron en 1968 la convención del Partido Demócrata en Chicago, en EE.UU, con protestas anti-Vietnam. En medio de un clima de división entre los Demócratas, por la Guerra de Vietnam, el asesinato de Robert Kennedy y la decisión de Lyndon B. Johnson de no volver a presentarse a la reelección, los asistentes lanzaron ladrillos contra la policía, que respondió con gases lacrimógenos y el centro de Chicago quedó envuelto en llamas.